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Hubble detectó a la estrella más lejana jamás vista

El telescopio espacial de la estadounidense Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) y su par de Europa (ESA), Hubble, descubrió a la estrella primordial Eärendel, en una galaxia que existió apenas 900 millones de años después del Big Bang, 

Este descubrimiento podría ofrecer una rara ventana al universo primitivo al tratarse de la estrella más distante jamás encontrada por los astrónomos.

A pesar de ser una de las estrellas más grandes jamás observadas, su distancia de la Tierra evidenció que Eärendel no era fácilmente observable, incluso para el enorme telescopio Hubble, que orbita en el exterior de la atmósfera terrestre, a 593 kilómetros sobre el nivel del mar, con un período orbital entre 96 y 97 minutos.

Sin embargo, un equipo del Instituto Max Planck en Alemania fue capaz de detectar la tenue luz de la estrella gracias a un cúmulo de galaxias que se encuentran entre ella y la Tierra, y que posibilitó la creación de una poderosa lupa natural, que distorsiona y amplifica la luz de los objetos distantes que se encuentran detrás. 

«Este es uno de los principales descubrimientos del telescopio espacial Hubble en sus 32 años de observación», destacó Rogier Windhorst, astrónomo de la Universidad Estatal de Arizona y coautor del estudio.

Eärendel desplazó del primer puesto a la estrella Ícaro, también captada por el Hubble a 9.000 millones de años luz en el 2018, que hasta hoy era la más lejana observada.

¿Qué significa Eärendel?

La estrella, situada a 12.900 millones de años luz en la constelación de Cetus -cerca de la estrella Mira-, crea un «nuevo punto de referencia extraordinario» en la comprensión de la evolución del universo y las primeras estrellas que se formaron después de esta Gran Explosión.

Eärendel, que significa «estrella de la mañana» o «luz naciente» (inspirado en el poema El viaje de Eärendel del autor J.R.R. Tolkien), podría ser entre 50 y 500 veces más masiva que el Sol y millones de veces más brillante, según publican los autores en su estudio que recoge la revista Nature y que copa las portadas de los medios de todo el mundo. 

Las futuras observaciones de seguimiento con el telescopio espacial James Webb (JWST) de la NASA deberían ayudar a confirmar si el objeto detectado resulta ser finalmente una estrella o algo completamente diferente.

«Con James Webb, podremos confirmar que Eärendel es de hecho solo una estrella y, al mismo tiempo, cuantificar qué tipo de estrella es», aclaró Sune Toft, líder del Cosmic Dawn Center y profesor del Instituto Niels Bohr de Copenhague. 

«Webb incluso nos permitirá medir su composición química. Potencialmente, Eärendel podría ser el primer ejemplo conocido de la primera generación de estrellas del universo», puntualizó.

Su origen

Eärendel existió poco después de que el universo infantil emergiera de una era de oscuridad, cuando algunas de las primeras galaxias estaban creciendo y evolucionando.

«A medida que observamos el cosmos, también miramos hacia atrás en el tiempo, por lo que estas observaciones de alta resolución extrema nos permiten comprender los componentes básicos de algunas de las primeras galaxias», explicó Victoria Strait, coautora del estudio.

La estrella ya no existe, pues explotó hace millones de años, pero su luz fue tan poderosa que aún es visible y detectada por el imbatible telescopio espacial Hubble.

«Cuando se emitió la luz que vemos desde Eärendel, el universo tenía menos de 1.000 millones de años, solo el 6% de su edad actual. En ese momento estaba a 4.000 millones de años luz de la proto-Vía Láctea, pero durante los casi 13.000 millones de años tardó la luz en llegar a nosotros, el universo se ha expandido de modo que ahora está a unos asombrosos 28 000 millones de años luz de distancia», especificó.